Las dificultades en el desarrollo motor se refieren a problemas que afectan la capacidad de un niño para realizar movimientos físicos. Estas dificultades pueden clasificarse en dos categorías principales como es la motricidad fina y la motricidad gruesa.
Motricidad Fina
Implica el uso de músculos pequeños para realizar tareas que requieren cierta precisión, estos son 3 ejemplos de que un niño tiene un problema motriz:
- Dificultades para sujetar lápices o utensilios: El niño puede tener problemas para agarrar o sostener un lápiz correctamente, lo que dificulta la escritura o inclusive el hacer dibujos.
- Problemas con tareas de la vida diaria: Dificultades para abotonarse, subir cierres o utilizar cubiertos.
- Incapacidad para realizar actividades de coordinación mano-ojo: Por ejemplo, tener problemas al usar las tijeras, no anudar el cordón de los zapatos o zapatillas.
Motricidad Gruesa
Se refiere al uso de músculos grandes para realizar movimientos que involucran todo el cuerpo, algunos de ellos son:
- Dificultades para caminar, correr o saltar: Pueden presentarse problemas en el equilibrio o la coordinación al realizar estas actividades, causando choques involuntarios.
- Incapacidad para participar en juegos físicos: Puede presentar problemas para realizar deportes o participar en actividades recreativas que requieren estas habilidades motoras.
- Problemas posturales: El mantener una mala postura al sentarse o al estar de pie, puede tener dificultades musculares que influyen y afectan en la concentración y el aprendizaje.
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Causas Comunes de este trastorno
Las dificultades motoras pueden ser causadas por varios factores, tales como:
- Trastornos neurológicos (por ejemplo: parálisis cerebral).
- Trastornos del desarrollo (como el TDAH o el autismo).
- Lesiones físicas.
- Factores genéticos o hereditarios.
- Falta de estimulación temprana.
Intervención del terapeuta ocupacional
La terapia ocupacional puede ayudar a los niños con dificultades motoras a mejorar sus habilidades, fortalecer sus músculos y mejorar la coordinación, estas son algunas actividades que se realizan en las sesiones.
- Actividades lúdicas: Fomentan el desarrollo de habilidades motoras de forma divertida.
- Adaptaciones: Modificaciones en el entorno para facilitar la realización de tareas.
- Habilidades motoras finas: Actividades con tijeras, dibujo, uso de pinzas, bloques.
- Habilidades motoras gruesas: Juegos que contengan saltos y equilibrio, empujar o tirar, superar obstáculos, coordinar agarre de diferentes pelotas.
Es importante que tanto los padres como los profesores participen en este proceso, creando un entorno estimulante y motivador que promueva el aprendizaje, el movimiento y el desarrollo del niño.
Conclusión
El desarrollo de la motricidad es fundamental para el crecimiento y la autonomía de los niños que tienen estas dificultades. A través del trabajo con un terapeuta ocupacional, se puede mejorar la coordinación, la fuerza y la destreza, lo que les permitirá participar de manera efectiva en sus actividades diarias contribuyendo a fomentar su confianza y autoestima.